La
elección del método de calentamiento adecuado depende de muchos factores: el
tipo de producto a calentar, la temperatura deseada y los valores de calefacción
deseados.
Las
mantas calefactoras (disponibles para IBC, bidones de acero o plástico y en
versiones
ATEX) son una buena elección cuando se necesita un calentamiento estacional (los
días más duros del invierno), ya que el resto del año se almacenan ocupando muy
poco espacio. También son adecuadas cuando se han de calentar recipientes en
puntos muy diferentes de la empresa, ya que son muy fáciles y ligeros de
transportar.
Un
gran grupo de sustancias como por ejemplo sirope, glucosas o derivados del
petróleo necesitan ser calentados a temperaturas de hasta 50-100°C para
facilitar su manipulación, aunque sean fluidos a temperatura ambiente de lugar
cerrado (20 ºC). Otros productos
como las resinas absorben el calor muy dificilmente y necesitan temperaturas
>100°C y largos tiempos de calentamiento para fundirse. Además se generan muy
a menudo vapores inflamables, por lo que a su alrededor deben considerarse zonas
ATEX y utilizar por tanto equipos adecuados a estas zonas de peligro de
explosión. En estos casos son más adecuados los calentadores o los calentadores de inducción. Un suelo calefactor adicional acorta la duración del
proceso.